lunes, 16 de abril de 2012

Evaluación del desempeño ¿un cambio de paradigma?


El concepto “evaluación de personal” ha ido evolucionando a medida que se perfeccionan los conceptos acerca de los procesos de dirección de personal. Inclusive el nombre mismo ha cambiado, ya no se habla de evaluación de personal, porque evaluar implica enjuiciar, criticar y casi siempre centrarse en lo negativo. En cambio, analizar es otra cosa: es entrar en el detalle de lo bueno y de lo malo, de los aciertos y los desaciertos, de las fortalezas y de las debilidades; implica menos enjuiciar y criticar. El concepto de análisis invita al equilibrio, a la ecuanimidad y a la sensatez. Por otra parte, en realidad no se trata de analizar a la persona, ni mucho menos de evaluarla, lo que se analiza es su desempeño; lo que hace la persona, no su personalidad.
Otro aspecto en el que se insinúa un cambio y que contradice a muchas tendencias dominantes o de moda en la práctica y en la literatura administrativa, son esos enfoques que vinculan el análisis del desempeño con los incrementos salariales. Esta práctica no tendría nada de malo si se pudiera garantizar la precisión y justicia de la medición, cosa que ocurre muy poco en muchas de las organizaciones establecidas en el país.
Si el análisis de desempeño se relaciona o se asocia con un incremento salarial, el jefe tenderá a utilizar el análisis de desempeño más como un premio o un castigo que como un mecanismo objetivo para determinar fortalezas y debilidades del desempeño del colaborador, con el fin de ser sostenidas las primeras y corregidas las segundas.
Del otro lado, quien es evaluado tampoco estará muy interesado en que el proceso sea objetivo, puesto que de ello dependerá que gane más o que gane menos; por lo tanto, como es de esperarse, lo que buscará el empleado es manipular el proceso para lograr un mayor aumento, lo cual implica esconder errores y fallas, así como magnificar sus logros, y de paso culpar a otros por las fallas que le intenten atribuir.
Dado lo anterior la única relación natural del análisis del desempeño es con el mejoramiento de este, lo cual implica compromisos tanto de parte del empleado evaluado como de su jefe y, por su intermedio, de la organización en general. Estos podrían ser, en el caso del empleado evaluado, compromisos como estudiar, capacitarse, actualizarse o desarrollar nuevas actitudes, valores, hábitos y actuaciones. Y por parte del jefe y de la organización, podrían ser compromisos relacionados con la asignación de recursos, de oportunidades de entrenamiento u otros apoyos necesarios para el mejoramiento que se quiere lograr en el desempeño del colaborador.
Lo que debe ser claro es que una persona, más que ser premiada o castigada por sus fortalezas y sus debilidades, debe ser ayudada y exigida a que mejore, es decir, se debe pactar con él un plan de mejoramiento basado en ellas. Por lo demás, dadas un par de oportunidades para que mejore, si no lo hace, más que castigarlo con uno o dos puntos menos en el incremento salarial, se debe tomar una decisión definitiva con respecto a su permanencia en el cargo.
El otro aspecto que se debe considerar es que, en términos generales, la evaluación de personal o análisis de desempeño ha sido un instrumento unilateral y parcial; elaborado y diseñado por la empresa y aplicado por los jefes.
Esta modalidad, obviamente, se presta a la subjetividad y a la parcialidad que pueda tener un jefe, y también puede terminar favoreciendo actitudes que no representen buen desempeño, pero que sí sean muy del gusto del jefe. En otras palabras, sólo ha sido evaluada una parte del sistema del desempeño, prestándose ello a la injusticia y sobre todo a la inutilidad.
El concepto de evaluación de personal ha evolucionado todavía más, hoy en día se habla del análisis de desempeño de 360° y aunque todavía no es una práctica muy generalizada y desarrollada en nuestro medio, ya se viene utilizando, con diversas variaciones como lo es el método de 180°. El análisis de desempeño o evaluación de 360° es un sistema o modelo que trata de corregir las fallas señaladas  anteriormente, puesto que confirma la idea de que la única evaluación no puede ser la que hace el jefe al subalterno, ya que pone de relieve que hay otras partes del sistema que también tienen elementos de juicio importantes para ayudar a determinar las fortalezas y las debilidades del desempeño de un empleado.

Referencias:
·         Muñoz, C. (2004) Análisis del desempeño: Nuevas tendencias en la llamada evaluación de personal. Pensamiento & Gestión, 16. 43-51

1 comentario:

  1. Excelente, comparto y suscribo todo este material, los felicito.

    MSc. en Sistemas Integrdaos de Gestión de calidad, ambiente y seguridad laboral.

    Luis Gerardo Mendoza

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